domingo, 3 de mayo de 2009

Beso bajo la lluvia


Era un dia tranquilo, yo me dirigía a la escuela, el tiempo anunciaba tormenta, sin duda alguna sería un día lluvioso. Llegué al colegio y muy pocos compañeros de clase habían ido aquel día, así que el colegio estaba desolado. En el receso, solía sentarme en las escaleras a discutir sobre cualquier tema con mi habitual grupo de amigos, pero ese día estaba sola porque ninguno de ellos asistió al colegio. En el banco que se encontraba al lado del pasillo principal, se sentaba un muchacho pálido, con el cabello un poco largo, negro. Cejas pobladas, siempre a leer, solo. Me miraba, siempre me miraba durante todo el recreo, pero lo ignoraba. Ese día, no fue la excepción, y como esta vez estaba sola, fue imposible ignorarlo, así que me fui a la biblioteca hasta que terminase el receso. Las horas pasaron y las arduas y aburridas clases habían llegado a su fin aquel viernes nublado. Al salir del salón, sólo se veía las pocas personas que habían asistido ese día, yo decidí ir al baño a lavar mis manos. Al salir, el colegio estaba completamente solo, no había nadie, creo que la única persona ahí era yo, me atemorizaba eso, así que apuré el paso y curiosamente, en la salida estaba él, aquel que me miraba durante los recesos, era del curso que le seguía al mio, era extraño, siempre estaba solo, aunque era muy atractivo, nunca lo había visto hablando con nadie pero siempre me miraba en el receso, me daba miedo, su mirada era muy profunda, siempre que lo hacía yo sentía como si el leyera mi mente o algo así. Lo mire y seguí mi camino y el empezó a seguirme, lo cual me asustó aún más; aceleré el paso y é continuaba siguiéndome. Llegué a la parada que también se encontraba sola, al igual que toda la calle, yo esperando el autobús con la esperanza de que él siguiera de largo, pero no lo hizo, se paró a mi lado y me miró fijamente. No aguanté más y le pregunté por qué lo hacía. Se acercó más a mí y me miró de frente. Pasó un largo rato mirándome así, mientras sujetaba mis brazos con fuerza. El chico no hablaba, o quizá intentaba hacerlo con la mirada. Comenzó a llover muy fuerte y él seguía ahí, observándome de frente ¿acaso pretendía absorber mi alma? Fue entonces cuando me besó (nunca antes me habían besado). Es curioso pero ya no sentía miedo,porque ese miedo no era más que los nervios que te causa la persona que te gusta, cuando te das cuenta de que la misma está consciente de tu existencia. Lo quería y lo conocía, a pesar de que nunca había hablado con el, ese beso fue una manera de decirme el porqué de sus miradas, durante tanto tiempo. Después de ese día sólo hablaba conmigo, y desde entonces somos novios.
Jessica A.

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