domingo, 11 de enero de 2009

sin sentimientos


no tengo palabras para explicar lo que siento, ultimamente a todos detesto... nadie me agrada, nadie me anima, todos ante mi se quedan perplejos... no quiero ser dura pero no puedo evitarlo, es mi unica escapatoria, mi unica forma de expresar las cosas que llevo por dentro... ¿me esta escuchando alguien? ¿ me esta mirando alguien? NO, estoy sola en este mundo cruel y despiadado, por eso tanto me ha costado tener cerca a mis "seres amados" porque en realidad odio a todos y a nadie amo... no es mi culpa, los sucesos inesperados del destino me han hecho de piedra, quizas en un futuro me hagan tener un corazon mas blando, y no sentir el sabor amargo del ayer.. una foto me hace recordar aquellos momentos felices que pase junto a esas personas que se hacian llamar "mis amigos" hoy ya todos se han ido, en realidad nunca estuviron conmigo, solo fueron actores, en una obra de teatro dirigida por ti, si, te hablo a ti... tu mas que nadie sabias quien era yo, pero ahora ya no me conoceras, he cambiado mucho, a mis cartas no responderas y de seguro es injusto pero ya no estare mas. Oh! amante infiel que duerme sobre el lecho de la muerte, eres el unico que me entiende, porque tu corazon ya no siente y eres tan frio como la nieve, asi tal cual como el invierno, asi soy yo en estos momentos.. sin sueños, sin sentimientos, sin lagrimas y sin lamentos.

sábado, 10 de enero de 2009

Un amor sangriento.




– Tu tienes el poder, tu debes luchar contra eso y destruirlo, debes vengar mi muerte –
dijo Obed muriendo por la espada que atravesó su costado.
– si padre, juro por mi sagrada madre que acabaré con esa criatura del mal y vengaré tu muerte – dijo Vergilio, hijo de Obed, mientras sostenía a su padre.

Todo se remonta a la edad media en la que ver a un caballero con una espada y su respectivo caballo era algo completamente normal pero en Puerto Luna, no había muchos, solo Vergilio.

El era un hombre de honor, alto, apuesto, de ojos verdes, cabello castaño, largo y abundante, cuya misión en el mundo era salvar a indefensos de los enemigos y demonios que asechaban en Puerto Luna. Vergilio poseía un extraordinario poder, si, el poder de la videncia. Su madre fue una diosa y su padre poseía el mismo poder que él; pero habían personas que vivían con el fin de hacerles daño a el y a sus seres queridos, demonios, espectros y hasta simples mortales. Vergilio se preguntaba ¿Por qué? , si el y sus padres eran buenas personas con todos. Bien, la respuesta era un libro, el cual perteneció a los dioses y ahora le pertenecía a el, ya que su padre había muerto recientemente y su madre se encontraba en un reino muy lejano de Puerto Luna.

Este libro contenía un gran secreto, Pero Vergilio nunca sintió curiosidad por saber que escondían esas escrituras, así que nunca lo había leído. Fue entregado a sus padres cuando el aun no había nacido.

Un día, Vergilio se encontraba en la plaza, le gustaba mucho estar allí y sentir el aire fresco mezclado con el aroma del salitre del mar que se encontraba a unos cuantos kilómetros de ahí, cuando de repente ante sus ojos paso una mujer de cabellera larga , blanca como la nieve, extraordinariamente pálida se podría decir , con ojos azules que con el reflejo de la luz parecían grises y mas flaca de lo normal, se acerco a ella y la miro de frente.
– ¿se le ofrece algo? –, pregunto la hermosa joven a Vergilio quien se encontraba perplejo ante ella
– si, ¿me dirías tu nombre? – Le dijo Vergilio a la hermosa mujer
– Anett, ese es mi nombre señor – respondió gentilmente la joven
– ¿eres de aquí del pueblo? Nunca te había visto – pregunto el
– si, señor, soy de aquí pero casi nunca salgo a plena luz del sol, tengo una extraña enfermedad en la piel que me lo impide. Si me disculpa, me tengo que ir, fue un placer conocerlo, nos veremos pronto… adiós – dijo Anett, algo nerviosa, alejándose.

Desde ese entonces, Vergilio no dejo de pensar en ella, no podía, era hermosa, y misteriosa, le encantaba.
el seguía en la plaza, pensando en Anett cuando de pronto, escucho gritos , de una mujer, provenientes de la montaña, así que enseguida se subió a su caballo y fue hasta allá.
Cuando llego ya había oscurecido, los gritos aun seguían, venían de una cueva, así que entro. Curiosamente, en el piso había rastros de sangre, los cuales el siguió hasta que encontró a una mujer muy perturbada, era Helen, la muchacha del pueblo que tenia esquizofrenia, se creía que estaba poseída pero no fue así, era su enfermedad mental, Aparentemente.
Gritaba como loca, diciendo que ella había regresado, que ella estaba allí aunque el no la pudiera ver... Vergilio no entendía que hacia ella ahí, y porque Helen estaba sangrando, quizás se hizo daño ella misma, ya que estaba demente pero quizás no.
Vergilio la subió en su caballo y se la llevo de vuelta al pueblo, donde estaba su madre, muy angustiada por lo sucedido y apenada con el. Luego de eso Vergilio se fue a su casa y se acostó en su cama, e instantáneamente se quedo dormido, estaba tan agotado que se olvido de quitarse su armadura. Cayó en un profundo sueño en el que estaba con Anett en una casa rodeada de flores, al lado de un riachuelo hermoso, estaban tomando el te y comiendo ricos pankesitos que había preparado ella cuando de pronto, la puerta se abrió y entro un hombre muy alto, llevándose a Anett a la fuerza… Vergilio intento detenerlo pero no pudo, el hombre escapo y se llevo a Anett, en seguida, el se subió a su caballo y lo persiguió hasta q llegaron al castillo de Berlín, un antiguo lugar q estaba en ruinas, entro sigilosamente, habían cuadros por todas partes y muchas habitaciones, todo era muy confuso.
Pero Vergilio siguió su instinto y entonces subió al segundo piso y allí escucho la voz de Anett, entro a una habitación y ahí estaba ella, atada de pies y manos. – Mi amor, que bueno que viniste a rescatarme, tengo miedo – , le dijo ella a el pero en ese preciso momento, llegaron muchos hombres y lo ataron a el también, uno de ellos tenia una estaca y se la iba a clavar en el corazón a Anett pero en ese instante, Vergilio despertó.
Al despertar, insólitamente no recordaba nada de lo que había soñado, absolutamente nada.

PERDON


tras la lugubre noche, me veo obligada a recordarte, a recordar cada segundo y cada instante que pase a tu lado. Algun dia encontrare la cura a esta extraña enfermedad que se hace llamar "amor" y me lastima el corazon, ya no siento alegrias, solo siento dolor, en el fondo de mi alma aun escucho tu voz gritando mi nombre a lo lejos, tu te has marchado con el espejo que has quebrado antes de irte. aun siento ganas de decirte que te extraño, que quiero estar junto a ti pero no me atrevo a desmentir lo que un dia dije "yo jamas volvere junto a ti" fue lo que pronunciaron mis labios tras la inseguridad que sentia, hoy me doy cuenta de que estaba en un error, si te hice daño te pido perdon, perdon por no creer en ti ni en tus actos de ternura inocente, perdon por olvidar que tu tambien eras concsiente, perdon por olvidar que tu tambien sientes, PERDON, PERDON, PERDON! por todo el daño que te hice. Quizas nunca leas esta carta, asi que la guardare en un cajon debajo de mi cama en donde nunca la encontraras y asi, nunca sabras lo que siento. TE QUIERO, MI AMANTE MUERTO.